S E P T I E M B R E

Septiembre ese gran mes: agricultura, naturaleza, cultura y vino (Ribeiro, naturalmente)

Septiembre es un buen mes por muchas razones a pesar de que los agoreros tratan de darle brillo con mil y pico argumentos: que si ya se han acabado las vacaciones y hay que volver al trabajo, que si ya solo faltan cuatro días para el invierno, que si empiezan los chavales en el cole y, ya se sabe, eso cuesta un ojo y parte del otro, …

Sin embargo para mí es un gran mes también por mil y pico razones y alguna más.

Septiembre es el mes de la abundancia por excelencia. Acaba el verano y empieza el otoño y en esa época se recogen las cosechas. Los que somos de campo lo sabemos bien.

La naturaleza nos entrega sus frutos y las casas se abarrotan de vida. Sobrados, alacenas, cocinas, bodegas … Todo se llena de vida fresca, vida curada, vida embotada, vida fermentada, vida al fin y al cabo.

Nada nos es entregado gratis. Sin el trabajo previo poco o nada podemos esperar, pero con los cuidados adecuados septiembre puede ser la fiesta de la opulencia, del exceso, de la abundancia, … la fiesta de la vida.

Para Antonio Vivaldi, el compositor de las Cuatro Estaciones, el otoño empieza con una alegoría del borracho con su torrencial locuacidad, sus temblores, sus espasmos y la posterior somnolencia que da paso a la resaca.

Una certera representación de la abundancia, la opulencia, los consiguientes excesos y también de sus consecuencias. Es el mes de septiembre, la entrada del otoño, condensada en una imagen. Alegría por la abundancia, exceso por la opulencia, llenos, aítos hasta perder el control.

Los del Ribeiro entendemos muy bien a Vivaldi no solo por la parte etílica sino por los socalcos con sus cepas repletas de treixaduras doradas al sol, por las vendimias con sus aturuxos, por las bodegas abiertas con sus olores a fermentación, por los mostos, por los vinos en rama, por los bagazos y los orujos y los licores… Diríase que septiembre es la fiesta de los sentidos.

También es septiembre el mes de Doña Emilia. Mejor dicho, debiera ser el mes de Doña Emilia Pardo Bazán. La universal escritora gallega. La escritora adelantada a su tiempo y precursora del feminismo. La escritora de prosa rica, lujosa y opulenta. La escritora buena conocedora del Ribeiro, de sus pazos, sus lugares, de sus tradiciones, de sus tostados, … En fin, que la genial escritora gallega de prosa lujosa nacida un dieciséis de septiembre, bien se merece un poco más de aprecio en estas tierras tan generosas en otros asuntos menos interesantes.

Bueno, pues eso, que el noveno mes del calendario gregoriano es un gran mes y aún puede ser un poco mejor para los del Ribeiro. En nuestras manos está. Sugerido queda.

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